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Marc Clotet: "No quiero ir por la vida sin fijarme en lo que pasa a mi alrededor"

 


La idea de crear una sección titulada “Entrevistas accidentadas”, cada vez, va cogiendo más peso. Una de las últimas incorporaciones podría ser ésta, en la que las grabadoras se estropean en el último momento, las fechas tienen que ser alteradas y las huelgas del metro tampoco lo pusieron fácil. Por suerte, Marc Clotet es una de las personas más cercanas con las que me he tropezado en esta profesión de locos. Un desayuno, antes de la que las horas de calor hicieran estragos en Madrid, dio para un buen rato de conversación. Clotet es uno de los protagonistas de “Física o Química” y estará en la próxima película de Ventura Pons dando vida a un príncipe encantador. Desde luego, encanto, carisma y talento son cualidades que al actor no le faltan, por lo que no es de extrañar que nos quede Marc para rato.

 

 

Mira a cámara: ¿Qué cosas no pueden faltar en la maleta de un actor?

Marc Clotet: Mucha constancia, ganas de trabajar, de aprender y de recibir de tus compañeros. Los actores tenemos que ser como esponjas para empaparnos de todo lo que nos da la persona que tenemos delante, que suele ser muchísimo.

M.a.c: Pareces un actor muy disciplinado…

M.C: Lo soy. En mi caso, es necesario y me ayuda mucho.

M.a.c: ¿Te asusta que dentro de unos años te recuerden como un “fenómeno fan”?

M.C: No soy partidario de ningún tipo de encasillamiento. Pienso que una de las grandes ventajas de ser actor, es poder compaginar distintos trabajos en medios diferentes. No me asusta convertirme en un fenómeno fan, porque he visto las carreras de otros actores, que han trabajado en series, luego han tenido otros personajes, y al público les han gustado.

M.a.c: Tengo entendido que entraste en esta profesión por tu hermana…

M.C: Nosotros empezamos juntos cuando éramos niños. Digo empezamos, porque nos llevaron con el colegio a la televisión, para ver, desde dentro, cómo se hacía un telediario. Dio la casualidad de que allí estaban haciendo un casting y la eligieron para trabajar en una serie que duró muchos años en TV3. A raíz de esa prueba hice otras cosas en TV3 como el programa “Vitamina” o la serie “Tocao del ala”. Yo paré, porque comencé a estudiar gestión y administración de empresa, y mi hermana siguió.  Cuando terminé la carrera y empecé a trabajar, me di cuenta de que no era feliz con lo que estaba haciendo. Hice caso a los consejos que ella me daba y retomé mis clases de interpretación. Me fui a Nueva York a estudiar y cuando volví entré en otra serie para la TV3 y después en “El comisario”. Mi hermana es la persona que me ha dado los mejores consejos y me ha enseñado que actuar no es solo un trabajo, sino una enseñanza de por vida.

M.a.c: No nos dejarás y volverás al mundo de las empresas…

M.C: No, ya no creo que vaya a ver más cambios. (Risas) Dicen que eso nunca se puede decir, porque la vida da muchas vueltas, pero yo he encontrado un trabajo que me encanta y que me pone las pilas cada mañana. Disfruto mucho preparando los personajes y es mi pasión. La descubrí tarde, pero más vale tarde que nunca.

M.a.c: ¿Y si mañana dejaran de llamarte?

M.C: Pues me buscaría la vida, pero, siempre, en algo relacionado con el mundo de la interpretación. Tengo varios proyectos en mente y un guión que he escrito junto a mi hermana y un amigo.

M.a.c: ¿Qué tipo de carrera te gustaría llegar a tener?

M.C: Esta es una profesión muy difícil y nunca sabes cómo te van a ir las cosas. Me conformo con poder vivir de ella toda la vida, que no es poco.

M.a.c: ¿Hay mucha diferencia entre los cursos que se realizan en Nueva York con los que tenemos  en España?

M.C: Yo pienso que la esencia es la misma. El estudio que realices no depende tanto del país como de la metodología que sigas. Y la gran mayoría de los compañeros que me encontré, trabajaban con las mismas ganas y seriedad que las que tienen otros con los que he coincidido aquí.

M.a.c: ¿Has aprendido todo lo que tenías que saber?

M.C: En absoluto. Continúo aprendiendo cada día y a cada segundo. No soporto quedarme apalancado y me pongo pequeños retos para evitarlo. He tenido la suerte de entrar en una serie en la que vamos grabando con cierta regularidad, y lo mínimo que puedo hacer es intentar mejorar para que el personaje crezca. Uno de los profesores que tuve en Nueva York, tenía unos ochenta y muchos años, y decía: “Hasta que no cumplí los cuarenta, no empecé a notar que sabía algo”. Así que todavía me queda…

M.a.c: ¿Cómo preparas tus personajes?

M.C: Pienso que dentro llevamos todos los personajes. Es cuestión de buscar y sacar esa parte más característica. Me gusta, siempre que sea posible, hablar con los guionistas y con el director para que me expliquen cómo ven al personaje. Con lo que ellos me cuentan y con lo que yo traía empiezo a prepararlo. En las series, que es donde tengo más experiencia, no suele haber tiempo para ensayar y te dan una información muy exhaustiva  de la que hay que partir, porque, en estos casos, el personaje va naciendo conforme van pasando los capítulos. A la hora de estudiar en casa, intento ser coherente con la trayectoria que ha llevado el personaje y tener en cuenta la relación social que tiene con los que lo rodean. Yo lo veo como un pozo que vas llenando y cuando entras en escena, con el texto bien aprendido, lo olvidas y empiezas a vivirlo.

M.a.c: ¿Te gusta improvisar?

M.C: Para poder improvisar necesito tener el texto muy claro y sabérmelo a la perfección. No creo que la improvisación sea cuestión de no saberse el texto y esperar a ver qué me sale. Lo veo como que hay que tenerlo todo muy bien atado y estar abierto a que nazcan cosas nuevas que hagan que esa escena sea real.

M.a.c: ¿Esta es una profesión en la que hay que estar continuamente alerta?

M.C: Hay que estar alerta, pero no solo en esta profesión, en la vida. Donde más aprendo es cuando voy por la calle y observo a los demás. Creo que de todo se aprende y se puede sacar algo. No quiero ir por la vida sin fijarme en lo que pasa a mí alrededor.

M.a.c: ¿Crees en la suerte?

M.C: Sí, porque yo la he tenido. Pero también pienso que si no trabajas y demuestras que puedes estar a la altura del sitio donde te han puesto, esa suerte se acaba.

M.a.c: ¿Hay compañeros que te han hecho sentir menos actor, por estar en una serie de televisión?

M.C: Es algo que no me ha pasado nunca. Si hay compañeros que hacen eso, pienso que se equivocan, porque los actores que trabajamos en televisión dedicamos mucho esfuerzo y muchas horas para realizar un buen trabajo. Lo importante es actuar y da igual si lo haces en la calle, en una serie, en teatro o para los amigos.
 

Ángel Caballero/Mira a cámara

 
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